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Una bofetada muy poderosa

Dana White, dueño de la mayor empresa de artes mixtas del mundo, inició un nuevo y polémico emprendimiento cuya base son, ni más ni menos, que cachetadas

Una bofetada muy poderosa

Los campeonatos de bofetadas no son algo novedoso. Países del este europeo como Rusia organizan desde hace años eventos amateurs en donde hombres barbudos con bíceps montañosos se cachetean mutuamente hasta que uno termina literalmente desmayado en el piso. Los highlights de esos eventos —con pómulos ardientes, mejillas deformadas y ojos desorbitados— se popularizaron en plataformas como Twitter y YouTube hasta llegar incluso a Dana White, el exitoso empresario estadounidense propietario de la UFC, la competencia de artes mixtas más lucrativa e importante del mundo.

«Vi algunas imágenes de peleas de bofetadas en las redes sociales y me enganché al instante. Desde el primer día que lo vi, sentí que esto podía ser grande. Sabía lo que había que hacer para convertirlo en un deporte real, tal como lo hicimos con la UFC», dijo White en noviembre, cuando en conferencia de prensa en el Radio City Music Hall de Nueva York lanzó oficialmente Power Slap, la primera organización de lucha de bofetadas sancionada y reglamentada por una institución autorizada.

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