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Tarea constante: posicionamiento

Romero Pineda & Asociados supo seguir el ritmo cambiante de las demandas de sus clientes en El Salvador. Inspirado en su padre, José Roberto Romero y su despacho se enfrentan ahora a un mundo de criptomonedas y energías verdes.

Tarea constante: posicionamiento

Roberto Romero Pineda, un amante del derecho, fundó su despacho en 1978, un año antes del estallido de la guerra civil en El Salvador. La práctica era relativamente pequeña en sus inicios, dedicada a temas de PI y algunos relacionados con la reforma agraria, un área importante en la época.

Después del golpe de 1979, en el país se nacionalizaron la banca, las tierras y el comercio exterior, y muchos clientes de la firma resultaron afectados. En 1984, el hijo del fundador, José Roberto Romero, todavía estudiante, ingresó a la firma y juntos evaluaron el crecimiento en el área de PI.

«Al final de la guerra, por ahí en el 1992, estábamos bastante posicionados localmente como una firma referente en PI. Desde 1986 habíamos asistido activamente a los eventos de entonces la USTA (United States Trademark Association), que después se llamó INTA, y de ASIPI. Por la guerra, muy poca gente viajaba, y aprovechamos ese vacío para posicionamos. Un evento icónico fue que Lex Mundi, en ese momento una incipiente organización, nos invitó a participar como miembros exclusivos por El Salvador y eso nos abrió al mundo», contó a Marcasur José Roberto Romero, vicepresidente y socio director de la firma.

Efectivamente, la membresía en Lex Mundi les permite llegar a más de 25.000 abogados en más de cien países. «Podemos atender a nuestros clientes desde El Salvador en sus asuntos globales, donde sea que estén», agregó.

¿Ahí fue cuando se dieron cuenta que tenían que ampliar los servicios? «En 1992 me fui a estudiar una maestría en PI al Franklin Pierce Law Center y, cuando regresé, ya habían movimientos en torno al Protocolo de Madrid. Pocos años después, en 1995, durante un evento de ASIPI en El Salvador se trató el tema del Protocolo de Madrid, que OMPI estaba promoviendo mucho en América Latina. Ese fue el punto de viraje que nos convenció de que había expandir en serio la práctica hacia un área corporativa bien formada y hacia un área de litigios», respondió Romero.

Desde entonces se han ido reforzando las áreas de práctica de forma consistente, hasta que a fines de los noventa llegaron a la conclusión de que una firma familiar difícilmente sobreviviría en el tiempo si no se convertía en institucional, entendiendo por tal aquella donde hay socios más allá de la familia. Esta visión significó un nuevo camino en la estrategia.

Lo cierto es que el proyecto de diversificarse con socios responsables en cada una de las áreas tiene ya varias décadas y abarca: PI, área corporativa, litigios, participación en transacciones en el área de privatización de las telecomunicaciones, asesoramiento a financistas internacionales en proyectos de generación de energía solar y de generación de energía a través de gas natural, entre otros frentes. «Ahora sí puedo decir que somos uno de los players en el área corporativa y en la parte de PI», resumió Romero.

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