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Opinión

El dropshipping y su efecto en las marcas

El conocido dropshipping es un modelo de negocio que se ha popularizado en los últimos cinco años. Pero, ¿qué es?

El dropshipping y su efecto en las marcas

Por Claudina González Muñoz, Associate, Uhthoff, Gómez Vega & Uhthoff, S.C.

Aunque es un término especialmente popular en el comercio electrónico, el dropshipping es una nueva forma de vender productos en línea sin tener que mantener inventario ni gestionar manualmente la responsabilidad de envío, en el que se involucran tres partes: cliente, vendedor y fabricante/mayorista.

Este modelo es cada vez más usado, ya que no requiere tener un gran capital ni construir inventario para poder vender, y cualquiera puede iniciar uno de estos negocios desde la comodidad de su casa.

A grandes rasgos, así es como funciona:

El vendedor abre una tienda en línea o se da de alta como vendedor en algún sitio web y publica los productos que quiere vender. Cuando un cliente decide comprar un producto, le paga directamente al vendedor, quien a su vez envía el pedido al fabricante o mayorista y se hace responsable de pagarle a este último. Será el fabricante o mayorista quien envíe directamente el producto al comprador; así, el vendedor estará evitando tener que contar con un almacén o inventario de productos.

De igual forma, al enviarse en paquetes individuales o pequeños, se evitan pagos de importación y posibles complicaciones aduanales, y el costo del envío se traslada directamente al comprador.

La ganancia del vendedor se origina en que los productos que este le compra al fabricante o mayorista son de muy bajo costo, y así puede ofrecerlos a los consumidores a un alto costo, toda vez que usualmente estos productos son fabricados en países con alta capacidad de producción y bajo costo de mano de obra.

El fácil acceso a productos de mayoreo que luego pueden venderse con una ganancia adicional, y el hecho de ser principalmente un método de gestión de la cadena de suministro, ha generado ganancias millonarias a varios usuarios, quienes utilizan plataformas como Amazon, Etsy, Mercado Libre y la ahora popular Temu para vender productos vía dropshipping.

Aunque por muchos es considerado uno de los modelos de negocios más sencillos y hasta cierto punto exitosos de la última década, para otros es visto como una forma de estafa. Y, para los propietarios de marcas, es una forma de devaluar el valor de su producto, en especial, porque no siempre es evidente para un cliente que está adquiriendo un producto originado desde el dropshipping, o incluso puede desconocer enteramente el origen del producto.

El dropshipping ha causado que los vendedores pierdan el interés de registrar una marca, ya que los productos nunca pasan por sus manos, por lo que no tienen posibilidad de trabajar en un empaque o etiqueta.

Tampoco invierten en un desarrollo de marca para la venta de los productos, ya que usualmente los vendedores no pretenden hacer publicidad ni generar una relación entre ellos y el consumidor, en especial, porque en la mayoría de los casos no pueden siquiera garantizar la calidad del producto. Por ende, su misión principal es vender y no crear una identidad.

Los productos que se ofrecen por dropshipping se pueden obtener a través de diferentes vendedores, ya que los fabricantes o mayoristas no cuentan con un contrato de exclusividad con ningún vendedor. Así, el mismo producto, a grado de ser idéntico, puede adquirirse a través de diferentes vendedores y el cliente puede optar por adquirirlos por medio de quien lo ofrezca a un mejor precio. Esto puede observarse en sitios populares como Amazon, donde un mismo producto, incluso con las mismas fotos y precios similares, es vendido a través de diferentes vendedores de la plataforma.

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