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Abogados en ascenso: Juan Rafael Amador-Espinosa
Con una trayectoria que conjuga especialización técnica, visión estratégica y un profundo compromiso con la ética, Juan representa una generación de juristas que entienden a la PI como una pieza esencial para el desarrollo.
Por Claudia Pérez
Con más de doce años de trayectoria en Ramos, Ripoll & Schuster, donde inició como pasante y hoy ejerce como Asociado Senior liderando proyectos de privacidad y propiedad intelectual, Juan Rafael Amador-Espinosa se ha consolidado como una voz experta en la modernización, defensa y proyección estratégica de los activos intangibles en México.
Su primer contacto con la materia fue, como él mismo recuerda, casi fortuito: «Me llamó mucho la atención que se trataba de algo nuevo, algo que no había escuchado a profundidad en la universidad, era una práctica nueva en mi Firma y una aventura por descubrir». Ese espíritu de exploración inicial se ha mantenido intacto, aunque el contexto ha cambiado radicalmente. “Los mayores cambios han sido bajo implementación tecnológica (…) hoy todo se puede hacer con tan solo una computadora, lo que te da mucha más libertad de trabajo, ahorramos recursos y tiempo, y para quienes no estamos en Ciudad de México nos ponen la cancha pareja para llevar los trámites y casos».
De la zona de confort a la proyección internacional
Juan reconoce que su desarrollo profesional ha estado impulsado por habilidades blandas esenciales y por la disposición a asumir retos cada vez mayores. «Alejarme de la zona de confort ha sido otro aprendizaje clave para mi crecimiento profesional», afirma. Ese afán de excelencia lo llevó a cursar una maestría en Propiedad Industrial, Derechos de Autor y Nuevas Tecnologías, con el propósito de «conocer experiencias de profesores y compañeros altamente especializados» y con la certeza de que «siempre es necesario mantenerse actualizado». Actualmente, se encuentra en la etapa final de su proceso de titulación.
Su visión sobre el panorama actual en México es optimista: «Cada vez existe mayor conciencia sobre el valor y la protección de los activos intangibles», impulsada por la digitalización total de los trámites del IMPI y por un enfoque más firme contra la piratería y la falsificación. Sin embargo, reconoce desafíos urgentes: la necesidad de una mayor valoración social del desarrollo creativo y la regulación ética del uso de la inteligencia artificial.
Arbitraje, docencia y divulgación
Desde 2021, es árbitro autorizado ante INDAUTOR, un rol que considera estratégico: «El arbitraje se presenta como una solución especializada, potencialmente expedita y muy adecuada para garantizar la protección tanto del contenido de la disputa como de sus alcances». A su juicio, esta vía crecerá significativamente en México en el corto plazo.
Paralelamente, lleva más de cinco años como profesor asistente en programas de MBA, convencido de que la enseñanza es un canal bidireccional: «Estar en el aula me permite aprender en cada clase de los alumnos y transmitir la importancia de un buen acompañamiento en la protección y defensa de los activos intangibles». Además, ha publicado en medios como MarcaSur, LexLatin o Círculo PI, con la intención de que «ciertos casos concretos tengan un impacto más allá de un procedimiento entre dos partes y beneficien a más personas».
Compromiso institucional y liderazgo
Su reciente nombramiento como vicepresidente del Comité de Legalidad y Estado de Derecho de la American Chamber/México en Guadalajara abre una nueva dimensión en su labor: «Espero lograr influir de manera positiva en la implementación de políticas públicas a nivel local (…) y visibilizar situaciones que deberían regularse, principalmente con los retos del sistema de protección de propiedad intelectual».
Activo en AMPPI y AIPPI, valora el contacto con especialistas y retribuye mediante la organización y participación en foros y mesas de diálogo.
Mirando hacia sus próximos desafíos, combina la ambición profesional con un reto personal fundamental: «En lo personal, el desafío que más me entusiasma es el de ser padre (…) ver la creatividad ilimitada de mi hija Aitana es lo que me motiva a mejorar como persona».
Actualmente, en su firma trabajan en un proyecto pro bono educativo enfocado en derechos de autor, dirigido por su colega Daniela Márquez: «Aunque no son muy comunes los asuntos pro bono en tema de PI, esperamos contar con mayores oportunidades y casos en el futuro cercano».
Con una trayectoria que conjuga especialización técnica, visión estratégica y un profundo compromiso con la ética y la educación, Juan representa una generación de juristas que no solo defienden la propiedad intelectual, sino que la entienden como una pieza esencial para el desarrollo creativo, tecnológico y empresarial de México.