La Alfarería de Quinchamalí fue reconocida como Denominación de Origen por parte del Instituto Nacional de Propiedad Industrial.
La distinción se concretó en una ceremonia realizada en el Centro de Eventos de Quinchamalí. Esta estuvo a cargo del director del Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi), Maximiliano Santa Cruz; el Alcalde de Chillán, Sergio Zarzar; y la Presidenta de la Unión de Artesanos de Quinchamalí, Mónica Venegas, quien recibió los honores.
Los escultores de piezas de greda negra iniciaron los trámites para obtener su Denominación de Origen (DO) en octubre de 2013. Con ella se busca rescatar la cultura local, promocionar y proteger comercialmente productos típicos de Chile e incentivar el establecimiento de nuevas rutas turísticas en la región. Hoy en dí, ascienden a 12 los productos que cuentan con el sello de origen en ese país.
Con este sello se espera fomentar, preservar, proteger y mejorar el posicionamiento del trabajo de artesanos, pescadores, agricultores y productores. Trabajadores que, con sus oficios, han permitido que las particularidades que hacen especiales a estos productos subsistan en el tiempo.
Para Santa Cruz significa “fortalecer la identidad local, rescatar las tradiciones y lograr que estos productos se diferencien de otros". Agregó que “se reconoce el esfuerzo de las alfareras de Quinchamalí; se fomenta su protección y se mejora el posicionamiento de estos productos”.
Mónica Venegas, presidenta de la Unión de Artesanos de Quinchamalí, consideró que “es algo muy importante, por lo cualse hanluchado casidos años”. Sumado a ello, destacó que sutrabajo es único en el país. "Nuestro trabajo es manual, ancestral y no ha cambiado con el tiempo”.
En tanto que el alcalde de Chillán, Sergio Zarzar, no pudo ocultar su felicidad: “Hoy recibimos este sello de origen como prueba de que el trabajo de nuestros artesanos de la cerámica es único, además de parte de nuestro patrimonio y rica herencia cultural. Por eso creemos justo que pase a formar parte de la docena de productos que a lo largo de nuestro país tienen este reconocimiento".
Es necesario que las entidades públicas actúen dentro del marco de la ley y eviten imponer cargas económicas sin sustento normativo, especialmente cuando se trata de cumplir mandatos judiciales.
A menudo mal entendido, este requisito plantea importantes desafíos para los solicitantes internacionales. Ya sea en la etapa de registro, mantenimiento o ejecución, los estándares legales que rigen el uso de marcas exigen precisión, coherencia y por sobre todo rigor probatorio.
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