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Del prejuicio al respeto: el nuevo rostro de la hoja de vida

Comparto con ustedes un breve texto que, desde mi punto de vista y experiencia, muestra como han evolucionado los criterios de contratación hacia las mujeres, y no solo la contratación, ¡toda la sociedad se ha transformado!

Del prejuicio al respeto: el nuevo rostro de la hoja de vida

Aunque todavía hay mucho camino por recorrer para alcanzar la verdadera igualdad de oportunidades, el cambio se siente.

Por Carmen Robayo, abogado socio de VENAMERICA ABOGADOS & CONSULTORES

Hoy, una hoja de vida puede reflejar autenticidad: ser madre, líder, esposa o soñadora no resta, ¡suma! Las mujeres nos presentamos con orgullo, mostrando todas nuestras facetas sin disculpas.

Estoy convencida que cada historia personal que se incluye con valentía transforma esquemas laborales y abre caminos para otras

Cada currículum cuenta una historia. La mía comenzó con papel, sueños…y una determinación que no sobrepasó ni media página. Recuerdo con claridad la emoción de preparar mi primer CV. No tenía experiencia, ni título, ni cursos especializados… solo una gran dosis de juventud, sueños vibrantes y muchas ganas de conquistar el mundo. Estaba en la Facultad de Jurisprudencia de la PUCE, aspirando a mi primer trabajo en el Tribunal de lo Contencioso Administrativo, y ese pequeño documento era mi boleto para empezar.

En ese entonces, crear una hoja de vida implicaba listar estudios, cursos, idiomas, referencias laborales, y por supuesto: nombre completo, dirección y teléfono fijo (¡sí, aún no teníamos celulares!). Para muchas mujeres, especialmente si estaban casadas o eran madres, se sugería no incluir esa información. ¿El motivo? Podía pesar en contra. Simplemente, el CV no sería considerado.

Las empresas solían priorizar la contratación de hombres: disponibles tiempos completos, sin permisos por maternidad, lactancia ni eventos escolares. Las mujeres, aunque igual de capaces, recibían menos salario y enfrentaban barreras constantes para crecer. En un entorno laboral dominado por hombres, nos tocó abrirnos paso con firmeza, coraje y mucha resiliencia. ¡No fue fácil!

Un punto de quiebre en Ecuador llegó en 1997 con la promulgación de la “Ley de Cuotas”, que marcó un avance real hacia la inclusión laboral femenina en la política y garantizar una mayor representación en los cargos públicos. Desde entonces, otras leyes y luchas han fortalecido el camino hacia una sociedad más justa y equitativa.

Aunque todavía hay mucho camino por recorrer para alcanzar la verdadera igualdad de oportunidades, el cambio se siente. Hoy, hombres y mujeres comparten responsabilidades familiares, acceden a todo tipo de trabajos y el valor del tiempo en familia empieza a ser comprendido por los empleadores. Trabajar “24/7” ya no es aceptable. La vida profesional necesita espacio para la vida personal.

El trabajo remoto nos ha permitido equilibrar el hogar y la oficina. Las mentalidades basadas en género, estado civil o edad van evolucionando. Muchas mujeres hoy se presentan con orgullo: “Soy madre de X hijos y abogada experta en…”, “Esposa, madre y consultora en…”, porque esos roles ya no se ocultan: se celebran.

También hay quienes deciden mantener ciertos aspectos personales en privado, y eso es absolutamente válido. Lo esencial es que, al presentarnos profesionalmente, lo hagamos con autenticidad: mostrando nuestra trayectoria, nuestras habilidades, nuestros logros… y nuestra humanidad.

Si tú también construyes tu liderazgo desde tu historia, tu familia, tu propósito… exprésalo con orgullo. Porque cuando una mujer se muestra con autenticidad, todo el sistema empieza a transformarse.

Ser mujer en el ámbito profesional ha sido, por décadas, una travesía entre muros invisibles, barreras silenciosas y miradas condicionadas. Pero también ha sido un viaje lleno de magia, resistencia y reinvención.

Hoy, cada paso que damos rompe esquemas. Cada faceta que mostramos—como madres, líderes, estudiantes, creadoras, soñadoras—es un acto de poder y autenticidad. Por eso, este post no es solo una reflexión… Es una invitación: a que cada mujer se presente al mundo sin esconder sus historias, sin disculparse por su esencia, sin minimizar sus logros. Porque cuando lo hacemos con orgullo, no solo abrimos puertas propias—abrimos caminos para muchas más.

“La resiliencia es el camino hacia el éxito. No te rindas, sigue adelante.” — Indra Nooyi, ex CEO de PepsiCo

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