Derechos de Autor
La duplicidad legal en la moda: obras de arte aplicado y diseños industriales
En un contexto donde las tendencias cambian en semanas, proteger estas creaciones es más que un trámite: es reconocer la autoría y blindar el valor cultural de la moda. Al final, cada puntada, cada trazo y cada forma cuentan una historia.
El bolso de mano de Gucci.
Por Bárbara Rojas, Specific IP
Hay prendas que no solo se usan: se aprecian, se recuerdan y se estudian como si fueran cuadros colgados en una galería o en un museo. Cuando la moda alcanza ese nivel de creatividad, entra en un territorio fascinante donde la estética y la función se entrelazan: el de las obras de arte aplicado.
En México, la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) reconoce esta figura en su artículo 13, fracción XIII, como “obras de arte aplicado que incluyen el diseño gráfico o textil”. Dicho de otro modo, se trata de creaciones artísticas originales con carácter distintivo que, además de su valor estético, cumplen una función práctica. En este caso, lo esencial es la expresión artística y la autoría, por lo que basta que la obra se encuentre en un soporte material (1). Si bien los derechos de autor son declarativos, se pueden registrar ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor (INDAUTOR) para facilitar su defensa.
En el mundo de la moda, la línea que separa una obra de arte aplicado de un diseño industrial puede ser tan fina como el hilo que cose una prenda. De acuerdo con la Ley Federal de Protección a la Propiedad Industrial (LFPPI), en sus artículos 65 a 67, los diseños industriales comprenden dibujos o modelos tridimensionales que sean nuevos y susceptibles de aplicación industrial. Aquí, el eje no es el arte en sí, sino la innovación técnica, la funcionalidad y la posibilidad de producirlos a escala industrial.
Ambas figuras protegen el aspecto de un objeto, pero difieren en su base legal, vigencia y finalidad, no obstante, en la moda, una prenda o indumentaria puede caber en una o varias categorías de protección.
Los ejemplos son abundantes. Uno de ellos es el caso emblemático como obra de arte aplicado de la diseñadora italiana Elsa Schiaparelli, quien entendió la moda como un lienzo surrealista. Su famoso Vestido Langosta (1937) (2), pintado por Salvador Dalí sobre seda, fue más que una colaboración creativa: un manifiesto de que el arte puede ser portátil. Lo mismo ocurrió con el Tears Dress (1938) (3), cuyo estampado imitaba desgarros con dramatismo pictórico. En ambos casos, la prenda cumplía su función práctica, pero su valor artístico era innegable.
En cuanto a ejemplos de diseño industrial registrados ante la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), se encuentra el bolso de mano nº 002640870-0004, titularidad de Gucci, y el registro MKI2018000023, titularidad de Chanel.
Lo fascinante es que estas creaciones no se limitan a ser bidimensionales o tridimensionales: un vestido puede convertirse en escultura, un zapato en instalación artística y un bolso en una galería itinerante. La clave está en conservar originalidad, función práctica y la posibilidad de producción sin que el carácter artístico se diluya.
La confusión entre ambas figuras es comprensible, pues ambas protegen la estética. Sin embargo, mientras el diseño industrial protege formas ornamentales que se aplican a productos, la obra de arte aplicado salvaguarda la creatividad y el alma artística detrás de esa estética.
En un contexto donde las tendencias cambian en semanas, proteger estas creaciones es más que un trámite: es reconocer la autoría y blindar el valor cultural de la moda. Al final, cada puntada, cada trazo y cada forma cuentan una historia. Y la ley, aunque no desfile, también tiene un asiento reservado en la primera fila.
En moda, proteger es tan importante como crear: HAZLO TUYO, HAZLO LEGAL.
(1) Fernández, R. (2024). Derecho de la moda (Fashion law): Introducción a la protección legal en la industria del diseño [Kindle version]. The Fashion Lawyer MX.
(2) Rubenstein, C. (2020, enero 8). 1937 – Elsa Schiaparelli, vestido de noche color langosta. Fashion History Timeline.
(3) Frederick, N. (2021, julio 20). 1938 – Elsa Schiaparelli, el vestido de las lágrimas. Fashion History Timeline.