El23 de abriles el Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor, y países como Chile, México y Perú preparan distintas celebraciones.
En 1995 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) proclamó el 23 de abril como el "Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor", a partir del fallecimiento en esa fecha de escritores legendarios como Miguel de Cervantes Saavedra y William Shakespeare.
Desde entonces la fecha se celebra en todo el mundo y cada vez con mayor frecuencia, buscando entre otras cosas difundir y promover los beneficios de proteger los derechos de autor.
Este año en Chile la Cámara Chilena del Libro tendrá para el miércoles 23 una intensa agenda de actividades que incluye visitas a hospitales donde se utiliza la lectura como herramienta de recuperación, mesas redondas con autores locales e internacionales, premios para escritores aficionados y descuentos, presentaciones y firmas de libros en diferentes bibliotecas del país.
En México el día se está promocionado a través de una encuesta realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) que afirma que en 2012 los hogares mexicanos gastaron 8.391 millones de pesos (algo más de 64 millones de dólares) en la compra de libros. El informe indica que ese año se produjeron en el país más de 330 millones de libros, lo cual abarca ocho clases de actividad económica y supone el 5% del PIB de la cultura.
Por su parte en Perú, la capital Lima realizara desde el martes 22 al jueves 24 la actividad "Lee, vive y expresa". Organizada por el Ministerio de Cultura, la Municipalidad Metropolitana de Lima, la Biblioteca Nacional, la Casa de la Literatura Peruana, el Centro Cultural Inca Garcilaso y el Banco Central de Reserva, consta de conferencias, talleres, ciclo de cines, exposiciones y encuentros de lectores. La actividad busca fomentar la lectura, la industria editorial y la propiedad intelectual.
Es necesario que las entidades públicas actúen dentro del marco de la ley y eviten imponer cargas económicas sin sustento normativo, especialmente cuando se trata de cumplir mandatos judiciales.
A menudo mal entendido, este requisito plantea importantes desafíos para los solicitantes internacionales. Ya sea en la etapa de registro, mantenimiento o ejecución, los estándares legales que rigen el uso de marcas exigen precisión, coherencia y por sobre todo rigor probatorio.
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