En el ecosistema marcario latinoamericano, donde tradición y modernización avanzan a ritmos desiguales, emergen profesionales cuya visión contribuye a redefinir la gestión de derechos de propiedad intelectual. Una de ellas es María Teresa Santana.
María Teresa inició en Bolet & Terrero como pasante en 2011.
Santana es abogada venezolana con 14 años en Bolet & Terrero, firma con más de un siglo de trayectoria, y hoy responsable de la unidad de renovaciones del estudio. Su carrera ilustra cómo un área a menudo considerada “operativa” se ha convertido en un espacio estratégico para la preservación de activos intangibles en la región.
María Teresa inició en Bolet & Terrero como pasante en 2011. Describe su evolución profesional como un proceso «de crecimiento sostenido y muy humano», en el que recorrió todas las etapas de la práctica marcaria: desde labores técnicas y administrativas hasta la atención directa a clientes y la interacción con organismos públicos. En 2015 asumió la coordinación del área contenciosa y, a finales de 2023, la jefatura de renovaciones, rol que define como «cerrar un ciclo: pasar de defender derechos a preservarlos y proyectarlos en el tiempo». Para ella, la firma ha sido «escuela y plataforma», un entorno donde exigencia, confianza y formación conviven.
A su formación en Propiedad Intelectual se suma su base en Derecho Administrativo, que considera determinante para operar ante el Servicio Autónomo de la Propiedad Intelectual (SAPI). «Conocer los procedimientos y límites de la autoridad te permite ejercer con precisión, pero también con respeto», señala. Esa combinación técnica–institucional es, para Santana, una ventaja diferenciadora en la práctica diaria.
Una visión institucional desde la experiencia legislativa
Su paso por la Asamblea Nacional como asesora de la Comisión de Ciencia y Tecnología reforzó otra dimensión de su perfil: la visión normativa. Participó en la redacción del proyecto de Ley de Propiedad Industrial, experiencia que recuerda como «transformadora». Aprendió que legislar «no es sólo redactar artículos, sino hacerlo con consciencia del impacto que tendrá en la sociedad» y que el diálogo intergeneracional es clave para producir textos equilibrados y sostenibles.
Tendencias marcarias en América Latina
Desde su posición actual, observa tendencias claras en la región: especialización, eficiencia y profesionalización de la gestión de portafolios. «Las renovaciones no son un trámite, sino un servicio estratégico que requiere estructura, tecnología y control de calidad», sostiene. Y destaca un cambio relevante: firmas latinoamericanas gestionan hoy carteras globales, síntoma de confianza y consolidación técnica regional.
Cooperación y formación: pilares del futuro regional
Entre sus experiencias más recientes figura un taller para la Dirección Nacional de Propiedad Intelectual de Paraguay en 2024, iniciativa impulsada por ASIPI. Santana valora estos espacios como «fundamentales para fortalecer la coherencia regional», especialmente en jurisdicciones donde los funcionarios cuentan con menos oportunidades de formación continua. «Estos encuentros generan vínculos de cooperación que terminan beneficiando a todo el ecosistema de la Propiedad Intelectual», afirma.
Un sello profesional con sentido humano
Su sello profesional lo define desde una óptica que combina rigor técnico y sensibilidad humana. «Detrás de cada marca hay personas, equipos, proyectos y sueños», reflexiona. Por eso prioriza relaciones basadas en confianza y respeto, convencida de que el éxito en Propiedad Intelectual no consiste solo en ganar casos, sino en construir vínculos sostenibles entre clientes, funcionarios y profesionales.
A los jóvenes abogados latinoamericanos les recomienda preparación constante, curiosidad multidisciplinaria y valentía para proponer ideas nuevas. «Esta es una especialidad que premia la disciplina y la pasión por el detalle», asegura.
Mirada optimista para Venezuela y la región
Sobre el futuro, Santana adopta una mirada optimista: Venezuela —dice— está dando pasos concretos hacia la modernización de su sistema de Propiedad Intelectual, mientras que Latinoamérica posee talento, resiliencia y capacidad de adaptación para convertirse en un referente técnico y humano en los próximos años.
Finalmente, comparte una iniciativa personal que considera esencial para entender el rol del Derecho en la sociedad: su participación como madrina del proyecto PANAROSA, primera unidad móvil de atención ginecológica para mujeres en situación de vulnerabilidad en Venezuela. «El Derecho no se limita a los tribunales; también se ejerce cuando contribuimos a construir entornos más justos y humanos», afirma. Una convicción que resume no solo su trayectoria, sino su visión del impacto que la profesión puede —y debe— tener en la vida de las personas.
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Es una pregunta que parece básica, pero que genera más confusión de lo que uno imagina. De hecho, es habitual que lleguen personas que han invertido tiempo y dinero en un producto o en una creación, creyendo que con “registrar la marca” están protegidos frente a todo.
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