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Carta de cese y desista: radiografía de una herramienta de defensa práctica de la propiedad intelectual
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Las empresas actuales viven en una constante competitividad, una “jungla” donde quienes se adaptan más rápido a sus medios son los sobrevivientes, los más aptos.
Las empresas actuales viven en una constante competitividad, una “jungla” donde quienes se adaptan más rápido a sus medios son los sobrevivientes, los más aptos.
Desde la perspectiva de la Propiedad Intelectual, esta competencia ha sido trascendental, dado que ha incentivado el desarrollo y la defensa de las creaciones intelectuales empresariales, las cuales otorgan a una compañía un mayor poder y valor en el mercado.
Sin embargo, y en el calor de esta carrera comercial, los medios para lograr una defensa práctica y efectiva de la Propiedad Intelectual de una empresa se dificultan.
Esto se refleja en muchos países, dado que existen herramientas limitadas y de carácter meramente judicial para lograr plantear un reclamo efectivo contra quienes afecten los derechos de Propiedad Intelectual, sea una marca, un diseño, patente de invención, derecho de autor. Sin embargo, no es secreto para nadie que estos procesos significan cuantiosas inversiones de tiempo y dinero de las empresas, percibiéndose dicha opción como un camino de defensa muchas veces largo y costoso.
Y ante ello las empresas muchas veces se cuestionan: ¿Vale la pena proteger mi Propiedad Intelectual invirtiendo de primera mano cuantiosos recursos ante alguna conducta dañosa cometida por parte de un tercero? En respuesta a este dilema, la rama de Propiedad Intelectual decidió adoptar una figura del derecho comercial comparado: la carta de cese y desista.
La carta de cese y desista puede definirse como una herramienta práctica de defensa, la cual consta en una comunicación a aquel infractor que está incurriendo en una supuesta conducta que ocasione o pueda ocasionar un daño contra la Propiedad Intelectual de un titular. Este es un primer contacto con la contraparte, en la cual, de manera contundente y respetuosa se exponen los hechos percibidos por el titular, con el fin de lograr un primer acercamiento exponiendo una advertencia que, de continuar con los hechos indicados, se recurrirán a otras vías (como la judicial). Este instrumento legal, a pesar de no estar regulado propiamente en nuestra legislación costarricense o en otras legislaciones de manera formal, ha sido engendrado en la práctica comercial y legal colándose como una primera opción idónea de las empresas al momento de defender su Propiedad Intelectual.
Ejemplo del uso, popularidad y efectividad de la carta de cese y desista encontramos a un caso relativo Netflix, empresa estadounidense que produjo exitosamente la famosa serie “Stranger Things”. Netflix, al percatarse que los personajes e imágenes de esta serie televisiva eran utilizados para la promoción de un bar de Chicago, IL, EE.UU. Netflix, distanciándose mucho del esquema agresivo que distinguen a estas grandes empresas, elaboró una sencilla carta en un tono humorístico y amigable que logró su cometido de una manera más eficaz que cualquier juicio: proteger su Propiedad Intelectual.
Cabe entonces destacar que la carta de cese y desista tiene varias ventajas como ser un primer acercamiento a un bajo costo, que, en el panorama esperado, evitaría incurrir en mayores costos judiciales a futuro. Asimismo, en caso de no surtir efecto la advertencia planteada, las cartas de cese suelen servir como elemento probatorio ante un juez en un eventual juicio en materia Propiedad Intelectual.
Sin embargo, también existen ciertas desventajas de esta herramienta como es el seguimiento del “cese” de la conducta dañosa por parte del infractor una vez enviada la comunicación, dado que en la práctica este diagnóstico se dificulta aún más a nivel comercial (por ejemplo, que un producto con una marca similar o igual a la del titular se encuentre o no en el mercado comercializándose aún).
Ante esto, es de suma importancia contar con la asesoría legal especializada de un abogado de Propiedad Intelectual que tenga experiencia en este campo con el fin de lograr la ejecución efectiva de una herramienta tan práctica y popularizada como es la Carta de Cese y Desista, un instrumento cuya creciente popularidad ha logrado proteger la Propiedad Intelectual de empresas de una manera contundente, expedita y pacífica.