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El fin de los colorantes artificiales: implicaciones, desafíos y oportunidades para la industria alimentaria global

La reciente decisión de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos de eliminar colorantes antes de 2026 marca un punto de inflexión. ¿Qué consecuencias puede acarrear una prohibición de esta magnitud? ¿Y qué significa esto para países como los de Centroamérica

El fin de los colorantes artificiales: implicaciones, desafíos y oportunidades para la industria alimentaria global

Graciela Cruz es socia de García & Bodán y directora de la práctica de Propiedad Intelectual de García & Bodán Honduras.

Por Graciela Cruz, socia García & Bodán

Por décadas, los colorantes sintéticos derivados del petróleo han sido ingredientes omnipresentes en alimentos procesados alrededor del mundo. No es casualidad: su bajo costo, amplia estabilidad y llamativos tonos los convirtieron en la opción preferida de la industria alimentaria, particularmente en la industria especializada en cárnicos, confitería, panadería, bocadillos y bebidas, donde la estética del producto muchas veces ha primado sobre su composición nutricional.

Sin embargo, los tiempos están cambiando. La reciente decisión de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) de eliminar todos estos colorantes antes de 2026 marca un punto de inflexión. ¿Qué consecuencias puede acarrear una prohibición de esta magnitud? ¿Está preparada la industria para esta transformación? ¿Y qué significa esto para países como los de Centroamérica, cuyas regulaciones suelen depender del paso que marcan los gigantes del norte?

Prohibiciones de origen: ¿cambio de paradigma o choque regulatorio?

Las prohibiciones regulatorias con frecuencia buscan proteger al consumidor, pero también pueden generar tensiones profundas en los mercados. Eliminar ingredientes que han sido ampliamente utilizados implica una alteración significativa en las cadenas de suministro, en los procesos de producción y, por supuesto, en la percepción del consumidor.

Si bien los argumentos sanitarios detrás de la decisión de la FDA son contundentes, con preocupaciones que van desde alteraciones en el comportamiento infantil hasta potenciales vínculos con el cáncer, no se puede perder de vista que toda prohibición genera reacomodos, ganadores y perdedores. ¿Qué pasará, por ejemplo, con las marcas que no logren reformular a tiempo? ¿O con los países que no implementen normativas locales con una ventana de transición razonable? El riesgo de quedar fuera de los mercados o de enfrentar restricciones de comercialización no es menor, y la planificación estratégica será clave para sortearlo.

La resistencia (y posible reinvención) de la industria alimentaria estadounidense

La industria alimentaria de Estados Unidos no solo es una de las más grandes del mundo, sino también una de las más influyentes en términos de tendencias globales. Y durante años ha sido la principal promotora de uso de aditivos y colorantes artificiales como herramientas para mejorar la apariencia, extender la vida útil y atraer al consumidor. La eliminación de estos ingredientes implica, entonces, una disrupción.

Aunque grandes corporaciones ya han comenzado a adaptar sus fórmulas, el reto logístico y económico de esta transición no puede subestimarse. Reformular productos icónicos sin alterar su sabor o apariencia representa un desafío técnico complejo, y no todos los actores —especialmente los pequeños o medianos fabricantes— contarán con los recursos necesarios para lograrlo rápidamente. Es probable que veamos resistencia inicial, presiones comerciales, solicitudes de prórrogas e incluso reclamos, antes de que esta transformación se consolide.

Centroamérica: entre la armonización y la competencia desleal

Para países como El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua o Costa Rica, este cambio regulatorio puede representar tanto un riesgo como una oportunidad. Si las autoridades sanitarias no actúan con rapidez para armonizar sus normativas con los nuevos estándares internacionales, los productores locales corren el riesgo de enfrentar una doble penalización: por un lado, no podrán exportar si no se alinean con las exigencias del mercado estadounidense, y por otro, podrían ser desplazados en sus propios mercados por productos importados reformulados y percibidos como “más saludables”.

Por ello, es fundamental que las regulaciones centroamericanas avancen hacia la prohibición de estos colorantes con cronogramas realistas, que permitan a los productores locales adaptarse sin quedar fuera del juego. La implementación progresiva y la cooperación técnica regional podrían ser claves para evitar un desbalance competitivo.

Un nuevo mercado para colorantes naturales

Pero no todo son obstáculos. La transición forzada lejos de los colorantes derivados del petróleo también abre la puerta a un mercado en crecimiento: el de los colorantes naturales y funcionales. Extractos vegetales como el azul de gardenia, el jugo de zanahoria morada o la espirulina ofrecen alternativas más seguras y responden a las nuevas exigencias de un consumidor cada vez más consciente.

Este nuevo escenario podría ser una gran oportunidad para empresas fabricantes de aditivos, ingredientes funcionales y materias primas, especialmente en América Latina, una región rica en biodiversidad. Desarrollar líneas de colorantes naturales podría suplir la demanda emergente y posicionar a las empresas regionales como referentes de innovación sostenible en el sector alimentario global.

El rol de la asesoría legal en registros sanitarios

En este entorno cambiante, el cumplimiento normativo ya no es una tarea meramente técnica, sino estratégica. Las empresas que pretendan competir en mercados regulados deberán contar con una asesoría legal especializada, particularmente en materia de registros sanitarios, etiquetado y cumplimiento de normas internacionales.

Una buena estrategia de cumplimiento evitará sanciones y pérdidas económicas, y permitirá anticiparse a cambios regulatorios, adaptarse rápidamente y mantener la continuidad comercial. Hoy más que nunca, la asesoría legal en el ámbito alimentario debe ir de la mano de los departamentos de innovación y desarrollo, en un diálogo constante entre lo que se quiere producir y lo que se puede comercializar.

Conclusión

La eliminación de los colorantes sintéticos por parte de la FDA no es un cambio menor: es un verdadero reordenamiento del mercado alimentario global. Afectará procesos, impulsará la innovación, exigirá respuestas regulatorias y generará nuevos modelos de negocio. Aquellos que sepan adaptarse con agilidad y visión estratégica no solo sobrevivirán al cambio, sino que podrán liderarlo.

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