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Profesionales en su tiempo libre: Yolanda Álvarez, una voz clave en la defensa de los animales no humanos

Desde los tribunales hasta el cabildeo legislativo, ha dejado huella en Puerto Rico y proyectado su influencia en toda la región.

Por Claudia Pérez

​Yolanda Álvarez (Álvarez Legal, Puerto Rico) combina su ejercicio profesional en propiedad intelectual y derecho comercial con un activismo incansable por el bienestar animal. Desde los tribunales hasta el cabildeo legislativo, ha dejado huella en Puerto Rico y proyectado su influencia en toda la región.

Cuando le preguntan si hubo un hecho decisivo que marcó su compromiso con los animales, Yolanda recuerda la ocasión en que la gallina que había rescatado como pollito terminó en un platillo preparado por su abuela. Desde ese día sintió una conexión aún más profunda con ellos. Nunca más volvió a comer carne.

Décadas después, ya como abogada litigante, su compromiso con los derechos de los animales alcanzaría una escala nacional. En 2007 enfrentó a una empresa israelí —respaldada por el gobierno puertorriqueño— que pretendía establecer una granja para criar monos destinados a la experimentación farmacéutica en Estados Unidos. “Decidí enfrentarme públicamente al gobierno. […] Presenté un recurso de interdicto, una controversia que llegó hasta el Tribunal Supremo de Puerto Rico. Gracias a ello, logramos salvar miles de vidas al prevalecer en el caso.”

Ese fue solo el inicio. Yolanda fue una figura clave en la redacción y defensa de la Ley 154-2008, considerada una de las más avanzadas del mundo en materia de protección animal. No todo fue fácil: “Tuve que eliminar la parte que prohibía las peleas de gallos, ya que varios legisladores eran galleros. Me dolió mucho tener que sacrificar a estos animales.” A pesar de las concesiones, logró que el proyecto avanzara, y lo hizo prácticamente sola. “Durante casi tres semanas consecutivas estuve cabildeando sola […] logré convencer a personas que no conocía. Creo que cuando luchas por algo en lo que crees profundamente, las palabras encuentran su propia fuerza.”

Hoy, como presidenta de la Federación Protectora de Animales de Puerto Rico (FePA), lidera una organización que apuesta al cambio sistémico y a la transformación desde la educación. Uno de sus mayores logros recientes ha sido el cierre del zoológico de la isla: “El esfuerzo coordinado dentro del gobierno para cerrar el zoológico fue muy gratificante.”

Para Yolanda, el activismo no es un pasatiempo: es una misión. “Me apasiona tanto mi profesión como mi activismo, y ambas forman parte de lo que considero mi misión en este planeta.” Su labor como defensora de los animales también ha influido en su desempeño profesional: “He desarrollado más paciencia, intento lograr acuerdos lo antes posible para el beneficio de mis clientes y hago un balance entre los medios (siempre correctos) y el fin.”

Puerto Rico avanza, aunque a un ritmo más lento que otros países de la región. “Varios países latinoamericanos hermanos están avanzando a una velocidad más rápida y de manera mucho más concreta que Puerto Rico”, afirma. Sin embargo, confía en que la situación cambiará pronto gracias a nuevas alianzas y proyectos legislativos en los que está trabajando. Uno de los más ambiciosos busca reconocer la interconexión entre protección ambiental, bienestar animal y sustentabilidad alimentaria.

Entre las iniciativas más prometedoras está un acuerdo con el Departamento de Educación que permitirá formar a 6.000 maestros en educación humanitaria, con un impacto estimado en más de 740.000 estudiantes durante seis años. “Estamos construyendo una sociedad de paz”, asegura con convicción.

Su mensaje a los colegas del ámbito jurídico es claro: “Los animales humanos y los no humanos queremos lo mismo: ser felices. Me gustaría que se dieran la oportunidad de educarse en el tema […] descubrirán que cada vida salvada transforma también la suya.”