Profesionales en su tiempo libre: Jean-Carlo Costa, estrategia dentro y fuera de la cancha
Socio fundador de MCG Law Firm (Lima, Perú) y destacado abogado especializado en propiedad intelectual, Jean-Carlo Costa no solo brilla en los tribunales y en la academia, sino también en la cancha de baloncesto.
Con una trayectoria profesional que incluye un título de abogado por la Universidad de Lima y un MBA por la Universidad de Chile, así como más de 15 años de experiencia en la asesoría y protección de derechos de propiedad intelectual, Costa ha sabido equilibrar su intensa carrera con su pasión por el deporte.
A diferencia de muchos atletas, Jean-Carlo comenzó a jugar baloncesto relativamente tarde, a los 15 años, después de sufrir una lesión en la rodilla que le impidió continuar con su primera pasión, el fútbol. «Se acomodó la vida para que me metiera al básquet», comenta, recordando cómo la cercanía de su casa al coliseo de su colegio facilitó su transición al baloncesto. Desde entonces, su amor por este deporte ha crecido, llevándolo a participar en campeonatos internacionales y a desarrollar una profunda apreciación por la estrategia y la camaradería que requiere el juego.
Para Jean-Carlo, el baloncesto se ha convertido también en una escuela de vida. En la cancha ha aprendido la importancia de entender y aceptar su rol en el equipo, una lección que aplica diariamente en su práctica legal. «Algo muy importante es no ser egoísta», señala. «Para que alguien pueda ser una estrella necesita gente que lo ayude a ser estrella. Hay que saber delegar y confiar en tu equipo».
Jean-Carlo también resalta cómo el baloncesto ha desarrollado su capacidad estratégica. «El básquet para nosotros —deportistas de Latinoamérica— que no tenemos la capacidad atlética de los equipos de básquetbol estadounidenses, es un deporte muy estratégico, de muchas jugadas, porque tienes que liberar al mejor para que lance». Recuerda con especial interés cómo, en un campeonato mundial de másters, su equipo utilizó nueve sistemas diferentes bajo la dirección de su entrenador, demostrando la complejidad y la planificación necesaria para competir dentro de la cancha. «Una de las cosas más interesantes, que es algo que a mí me permite jugar, es que soy muy estratégico. Las jugadas, más que memorizarlas, las entiendo, y en las jugadas mismas puedo generar variantes. Mi juego es mucho más posicional y funcional».