Entre palmas y patentes: ASIPI en Ciudad de Panamá
Las XXIV Jornadas de Trabajo y Consejo de Administración combinaron calor en la temperatura y también en los anfitriones, que ofrecieron toda su cordialidad panameña para recibir a la comunidad latinoamericana de propiedad intelectual.

La Asociación Interamericana de la Propiedad Intelectual (ASIPI) celebró su 60.° aniversario en un sitio especial, corazón de la región y símbolo de la conexión entre Latinoamérica: Ciudad de Panamá desplegó su naturaleza, su rica historia cultural, su moderno paisaje y su vibrante economía para un evento que cerró por lo alto el año 2024.
En lo que se ha vuelto un clásico para cada actividad de ASIPI, academia y networking se unieron perfectamente durante una semana que tuvo mucho calor y, especialmente, mucho movimiento.
Las Jornadas ofrecieron un amplio programa educativo, en el que destacó el panel sobre resolución de controversias en materia publicitaria, con representantes de organismos públicos de Latinoamérica y Europa invitados para discutir sobre la veracidad de los anuncios, el incumplimiento de normativas publicitarias, prácticas engañosas y el uso inapropiado de derechos de autor y marcas registradas.
Otra de las conferencias analizó un tema en boga: los influencers en la era de la inteligencia artificial y los correspondientes desafíos legales y éticos que enfrentan los propios influencers como las marcas que promocionan, especialmente aquellas que lo hacen en varias jurisdicciones de manera global. Una de las charlas más novedosas se centró en la industria del entretenimiento para adultos y sus dificultades en la protección de marcas, la distribución no autorizada y la falsificación de productos, delitos agudizados en la era digital. Una de las expositoras fue Jennifer McCarthy, directora de Propiedad Intelectual Global y Cumplimiento de Marca de Playboy Enterprises.
En cuanto al programa social, Ciudad de Panamá desafió al tráfico para dar a sus invitados una recorrida por sus puntos más interesantes. El cóctel de los estudios locales se realizó en el Biomuseo, un área prominente a la entrada del Canal de Panamá en el océano Pacífico. La primera obra en Latinoamérica del reconocido arquitecto canadiense Frank Gehry, el Biomuseo, fue diseñada para contar la historia de cómo el istmo de Panamá surgió del mar, uniendo dos continentes y separando un gran océano en dos. La previa al cóctel permitió conocer sus exhibiciones y estaciones educativas que ilustran la interacción entre las plantas y los animales locales.
La fiesta de clausura, por su parte, se realizó en Panamá la Vieja o Panamá Viejo, nombre que recibe el sitio arqueológico donde estuvo ubicada la ciudad de Panamá desde su fundación en 1519 hasta 1671. Declarado Conjunto Monumental Histórico, deslumbró a los asistentes con sus ruinas, vestigios del primer asentamiento europeo sobre el litoral pacífico americano, iluminadas en una noche de vestimenta blanca, música hasta la madrugada y la satisfacción del deber cumplido para los organizadores, que pusieron la mira hacia junio en El Salvador.