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El golf y los abogados: una relación de casi 200 años

El golf y los abogados han mantenido una excelente relación desde hace casi dos siglos, en los que se ha convertido en un deporte popular entre los profesionales del derecho. En este artículo exploramos las razones detrás de esta conexión.

El golf y los abogados: una relación de casi 200 años

Una de las principales razones de este vínculo es que el golf ofrece un entorno ideal para el networking. Es común que los abogados aprovechen las largas horas en el campo de golf para fortalecer lazos con clientes y colegas, así como para establecer nuevas relaciones profesionales y personales. Las conversaciones informales que se dan durante el juego pueden abrir puertas tanto en el ámbito de los negocios como en el de la amistad.

Además, el golf es un deporte que exige concentración y estrategia, cualidades clave en la práctica legal. El entorno donde se juega, rodeado de naturaleza, árboles y silencio, permite a los abogados desconectarse del estrés del trabajo, disfrutar de un tiempo al aire libre y relajarse. Esto es especialmente valioso en una profesión que conlleva largas jornadas laborales y altos niveles de presión en oficinas y tribunales.

Es habitual que los despachos de abogados organicen torneos de golf como parte de sus actividades sociales. Estos eventos no solo fomentan la camaradería entre los empleados, sino que también son una herramienta efectiva para atraer y retener talento joven. A menudo, los clientes son invitados a participar, lo que fortalece las relaciones profesionales.

En los eventos de propiedad intelectual que se celebran en diferentes partes del mundo, los torneos de golf son una actividad destacada. Ejemplos de ello son los torneos organizados por ASIPI e INTA, dos de las asociaciones más importantes en el ámbito de la propiedad intelectual. Además, durante estos eventos, muchos abogados organizan partidas de golf con colegas y clientes de manera informal, lo que refuerza los lazos profesionales.

Por otro lado, existe una asociación denominada Pat-Got, enfocada en la práctica del golf y el tenis entre profesionales de la propiedad intelectual. Más adelante en este artículo se explican sus objetivos y actividades. Recientemente, se ha lanzado un evento anual en Estados Unidos, denominado IP on the TEE, reservado exclusivamente para abogados de propiedad intelectual.

En resumen, el golf se ha convertido en una parte integral de la cultura legal y ofrece a los abogados una plataforma para hacer negocios, desarrollar habilidades estratégicas, relajarse y fortalecer relaciones dentro de su profesión.

Para este artículo hemos reunido testimonios de varios abogados que practican golf, quienes nos cuentan lo que significa este deporte para ellos.

Jorge Otamendi, Argentina (G. Breuer)

A sus 20 años, Jorge Otamendi empezó a jugar golf de manera esporádica. Pero fue después de los 30 cuando lo tomó con más dedicación. Actualmente tiene un handicap de 12, lo que considera «bastante bueno». Dedica entre dos y tres vueltas por semana y participa en eventos organizados cuando le es posible. Aunque no ha ganado clientes jugando golf, reconoce el valor social del deporte. Al preguntarle por su lugar favorito para jugar, menciona Pebble Beach como el campo más impresionante que ha visitado.

Juan Pablo Silva, Chile (Silva Abogados)

Juan Pablo comenzó a jugar golf a los 7 años, aunque lo dejó por otros deportes como el fútbol y el tenis. Ahora, con un handicap de 20, juega con amigos y colegas, y participa en campeonatos. Explica que el golf tiene una característica especial: «Son cinco o seis horas en que uno está con su grupo. Por tanto, se establece un nivel de relación muy estrecho». Para él, las canchas más impresionantes han sido Torrey Pines y Westchester, y su palo favorito es el drive.

Sergio Olivares, México (Olivares & Cía.)

A los 15 años, Sergio Olivares comenzó a jugar golf por la influencia de su padre y un querido tío. Hoy, con un handicap de 16, dedica tiempo al golf todos los sábados. «Trato de invitar a clientes cuando es posible», dice, destacando que el golf es una excelente oportunidad para conocer gente que puede convertirse en cliente. Olivares ha jugado en el impresionante Boulders Resorts, en Scottsdale, Arizona, y su palo favorito es una madera 7.

Enrique Díaz, México (Goodrich, Riquelme y Asociados A. C.)

Enrique comenzó a jugar golf a los 25 años, motivado por un socio retirado de la firma que le recomendó unirse al deporte para integrarse a un grupo influyente que generaba muchos clientes. Actualmente, mantiene un handicap de 14 y dedica unas cinco horas a la semana a su práctica en el campo.

Agrega: «En mi caso concreto, he desarrollado muchas relaciones profesionales y de negocios en torno al golf, lo que me ha generado, al igual que a la firma, múltiples asuntos». También menciona que frecuentemente invita a sus clientes a jugar y viaja con ellos para disfrutar de este deporte en diferentes partes del mundo.

Entre sus lugares favoritos para jugar destaca Queenstown, en Nueva Zelanda; Pebble Beach, en California; así como el Old Course y Kingsbarns, en St. Andrews. Su palo favorito es el bastón 8 de fierro, y se siente más cómodo en el green, donde puede aprovechar su precisión.

Además, Enrique es miembro de la Pat-Got Association desde 2008, una asociación fundada en los años ochenta que reúne a aproximadamente doscientos miembros de diversos despachos alrededor del mundo.

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